
No sería raro que los operarios de las faenas en su gran mayoría sean de otra región, o incluso de otro país.
Entonces, vale la pena preguntarse ...
¿Qué corre actualmente por las venas de los Atacameños y especialmente de los hermanos Vallenarinos que no reclaman con mayor énfasis por todo este atropello y despojo?
Pareciera que la aguerrida sangre del pasado que nunca se dejó mancillar ni se vendió, hoy mutó y ha devenido en una diluida horchata.
¿Qué pasa con el movimiento obrero y nuestros estudiantes, otrora ejemplo de las luchas por las causas justas de nuestro pueblo?
¿Es que acaso están todos tan quietos y más preocupados de los denominados "realities shows" o bailando danzas tropicales?
¿Por qué tan calmos y amordazados?
¿Será por la vulgar pseudo ayuda económica que en algunos casos se dice que les tiran para adormecerles el espíritu, y que más bien debería llamarse por su verdadero nombre?
Si la vía legal no basta para detener este tremendo atropello, para hacer prevalecer los derechos de nuestro pueblo, los reclamos deberían ser algo más notorios, con manifestaciones que se hagan realmente sentir. Pareciera que ni las autoridades ni la empresa quieren entender con los argumentos de la razón.
Hoy tristemente vemos como nuestros hermanos de Santiago, nos miran como "carne de cogote" y nos tratan muy mal, como también lo hacen con nuestros hermanos originarios, componentes inescindibles de nuestra raza indómita. En verdad actúan como si no les importáramos.

En aquellos tiempos (década de los setenta) aún no tan lejanos, no era posible ejercer los derechos del pueblo vallenarino ante tal vil atropello y despojo, pero hoy con un estado democrático, donde se supone que deberían imperar la justicia, y el estado de derecho, nada impide dar una valiente pelea para recuperar nuestros límites anteriores, alterados en la más absoluta injusticia y que en la actualidad debe ser la ocupación ilegítima más importante de nuestro país.
Se debe restituir y recuperar para Atacama aunque sea las ruinas y despojos de ese sagrado territorio aún cautivo, que jamás debió cercenarse a nuestra Región.
Los sátrapas afuerinos que consumaron el despojo, lo hicieron sin la mas mínima consulta y en la clandestinidad más aberrante, así impuesta la injusticia por la cruel dictadura, no solo nos despojaron de todo un tremendo mineral y de una importante fuente de trabajo, sino también de un extenso territorio, alterándose de paso el curso natural de las aguas tributarias de la Tercera Región, en la provincia del Huasco, y asimismo se alteró el curso lógico de las peticiones administrativas de derechos de agua, que desde ese despojo pasaron a tramitarse y publicarse en la IV Región a espaldas de sus verdaderos dueños residentes en Atacama.
¡BASTA YA DE ATROPELLOS! Y ¡ Que despierte el LEÓN atacameño y ruja para hacer respetar sus derechos!
