Connacionales:
Parece ser una regla en nuestro país que quien debe ocupar los cargos deba ser el hijo del jefe, su amigo o su hermano.
La consecuencia de este desagradable nepotismo es que no se conceden los cargos a los mejores, por lo que la función que se ejerce en la mayor parte de los casos obtiene resultados insuficientes, factor que en mi humilde opinión nos mantiene en una mediocridad que impide desarrollarnos.
Solo es aceptable el nepotismo y el “pituto” en las instituciones privadas, en las que la suerte de designaciones a dedo la sufre el particular, es justo que cada cuál sea dueño de hacer lo que le plazca con su patrimonio, lo que no es aceptable es que esta práctica deleznable, sea una regla en las instituciones públicas.
Creo que este ha sido por años un factor relevante de estancamiento en el progreso de nuestro país.
Un caso repugnante en mi opinión es el del enrroque en el ministerio de obras públicas y el Banco Estado, me imagino recuerdan el caso de Sr. Javier Etcheberry y Jaime Estevez,MOP y Banco Estado. Que enrroque mas asqueroso, que reubicación más insólita.
Es tan evidente la corrupción y el tráfico de influencias que llega a dar nervio, ya ni siquiera se preocupan por ocultarlo.
Otro caso, ¿como puede ser posible que la destituida ministra provoste, fuese investida como intendenta de Atacama, luego ministra de mideplan y después ministra de educación?
Me da lástima la ex ministra que pagó el pato por un sistema de educación que ella no creó y que arrastraba vicios desde su implementación.
Pero ¿por qué asumio o por que calló las irregularidades? Soy de la idea de que no existe ejercicio de potestades sin responsabilidad, por lo que me parece justa la destitución.
Si le hubiesen encomendado tener a su cargo una central nuclear ¿habría aceptado?, lo más seguro es que sí, y si hubiese ocurrido algo parecido a lo de Chernobil ¿que? ¿Habría dicho que es una persecución política?
Me refiero a 2 de los innumerables casos, para graficar que este es resultado de designaciones entre gallos y media noche por motivos que no son el solo mérito personal, sino que el pituto, el compadrazgo y el nepotismo, que alguien nos salve de la ceguera e imponga cordura.
Vemos de ordinario en nuestro país, que se reubica a los funcionarios que salen mal de los cargos públicos, o que se les defiende y victimiza cuando son sancionados por irregularidades, creo que esto no debe ocurrir, por que fomenta la ineficiencia y la corrupción.
La primera medida que se debe tomar es que de una vez por todas podamos elegir a nuestros intendentes, gobernadores y autoridades regionales, meritocracia es lo que se impone.
Basta de designaciones a dedo para que de una vez por todas se acabe esta inmunda puerta giratoria.
Parece ser que nuestra idiosincrasia nos impide revelarnos contra la autoridad, aún cuando flagrantemente se aproveche de los recursos que todos aportamos, pero esta actitud de silencio y aguante, ha producido que las autoridades sientan que los cubre un manto de impunidad y se sienten con autoridad para hacer lo que quieran.
A no dejarse engañar, a no dejarse atropellar!!
Soy de la idea de que un país sin impunidad es un país mejor, también de que el Chile que soñamos, es el Chile de los mejores y no el de los apitutados.
Parece ser una regla en nuestro país que quien debe ocupar los cargos deba ser el hijo del jefe, su amigo o su hermano.
La consecuencia de este desagradable nepotismo es que no se conceden los cargos a los mejores, por lo que la función que se ejerce en la mayor parte de los casos obtiene resultados insuficientes, factor que en mi humilde opinión nos mantiene en una mediocridad que impide desarrollarnos.
Solo es aceptable el nepotismo y el “pituto” en las instituciones privadas, en las que la suerte de designaciones a dedo la sufre el particular, es justo que cada cuál sea dueño de hacer lo que le plazca con su patrimonio, lo que no es aceptable es que esta práctica deleznable, sea una regla en las instituciones públicas.
Creo que este ha sido por años un factor relevante de estancamiento en el progreso de nuestro país.
Un caso repugnante en mi opinión es el del enrroque en el ministerio de obras públicas y el Banco Estado, me imagino recuerdan el caso de Sr. Javier Etcheberry y Jaime Estevez,MOP y Banco Estado. Que enrroque mas asqueroso, que reubicación más insólita.
Es tan evidente la corrupción y el tráfico de influencias que llega a dar nervio, ya ni siquiera se preocupan por ocultarlo.
Otro caso, ¿como puede ser posible que la destituida ministra provoste, fuese investida como intendenta de Atacama, luego ministra de mideplan y después ministra de educación?
¿Cómo alguien puede ser tan erudito y multifuncional?,
Me da lástima la ex ministra que pagó el pato por un sistema de educación que ella no creó y que arrastraba vicios desde su implementación.
Pero ¿por qué asumio o por que calló las irregularidades? Soy de la idea de que no existe ejercicio de potestades sin responsabilidad, por lo que me parece justa la destitución.
Si le hubiesen encomendado tener a su cargo una central nuclear ¿habría aceptado?, lo más seguro es que sí, y si hubiese ocurrido algo parecido a lo de Chernobil ¿que? ¿Habría dicho que es una persecución política?
Me refiero a 2 de los innumerables casos, para graficar que este es resultado de designaciones entre gallos y media noche por motivos que no son el solo mérito personal, sino que el pituto, el compadrazgo y el nepotismo, que alguien nos salve de la ceguera e imponga cordura.
Vemos de ordinario en nuestro país, que se reubica a los funcionarios que salen mal de los cargos públicos, o que se les defiende y victimiza cuando son sancionados por irregularidades, creo que esto no debe ocurrir, por que fomenta la ineficiencia y la corrupción.
La primera medida que se debe tomar es que de una vez por todas podamos elegir a nuestros intendentes, gobernadores y autoridades regionales, meritocracia es lo que se impone.
Basta de designaciones a dedo para que de una vez por todas se acabe esta inmunda puerta giratoria.
Parece ser que nuestra idiosincrasia nos impide revelarnos contra la autoridad, aún cuando flagrantemente se aproveche de los recursos que todos aportamos, pero esta actitud de silencio y aguante, ha producido que las autoridades sientan que los cubre un manto de impunidad y se sienten con autoridad para hacer lo que quieran.
A no dejarse engañar, a no dejarse atropellar!!
¿Que creen que somos tontos?
Soy de la idea de que un país sin impunidad es un país mejor, también de que el Chile que soñamos, es el Chile de los mejores y no el de los apitutados.
Atentamente, Julio Copadeoro.
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